viernes, 16 de junio de 2017

I am ... the Walrus?



holi, queridas/os seguidoras/es:

sí, ando desaparecida... pero es que estos últimos dos meses y pico ando sumergida en una tarea apasionante, como ya leísteis en mi anterior post... vamos, que si os digo que estoy preparando mi boda en las Seychelles no os despisto... Bueno, eso, que estoy dedicada casi al 100% de mi tiempo en la búsqueda de curro que, tal como os comentaba en el mencionado post, trae experiencias hasta divertidas. Y menos mal, porque abrir todos los días el Infojobs y darle a la flechita del teclado para abajo hasta ver si alguna de las ofertas podría encajarte...no es muy entretenido... Yo he llegado a dar una cabezada con el dedo pulsando tal tecla y abrir los ojos y estaba ya en las ofertas publicadas hacía medio año... que siguen ahí, las pobres, esperando a que alguien se apiade de ellas y postule, a esas tipo "tienes que recorrerte la geografía rumana haciendo el pino con el dedo gordo del pie... por la módica remuneración de...400 pavos BRUTOS al mes...¡sí, sabemos que es una mierda curro pero...es una experiencia de la que saldrás fortalecido!"

Pues eso, que la tarea de buscar trabajo es otro trabajo, y yo soy un poquillo obsesiva (ejem) con las cosas y no me da el "celebro" para más. Aunque supongo que me estoy relajando porque ya hay alguna cosa medio segura. Gracias, gracias por congratularos conmigo. Esto hace que mi cabecita pueda entretenerse con cuestiones más banales. Ojo, no digo que este blog sea banal. No. Dios me libre, Pero no me da de comer. Eso es asina. Osea, me aporta muchas risas pero las risas no sirven para pagar facturas, Por ahora. Sí, aquí dejo fluir mi lado menos artístico.

Bueno, la suerte es que estos dos meses y pico no se me han hecho excesivamente largos porque no he parado de ir a entrevistas, la verdad sea dicha. Y eso, al menos, te mantiene entretenida. Que qué ropa me pongo para ir elegante pero informal, que  a ver en qué calle está el sitio éste porque no me suena para nada... En fín, lo normal pa un perro, que se dice.

Hay momentos concretos en las entrevistas de trabajo que se quedarán para la posteridad en la memoria de uno (la mía, en este caso) y estoy segura también que en la de la persona que me hizo la entrevista. Vale, en mi defensa he de decir que aquel jueves llovía a mares y que en el camino al metro ya me calé absolutamente, de pies a cabeza. Lo que hizo que, bueno, fuese un poquillo incómoda así de primeras... Si, vaya, una situación en la que debes internar sentirte lo más cómoda posible se vio empañada por el hecho de que, primero, nada más sentarme en el despacho donde me iban a entrevistar, yo no podía dejar de pensar en que el camino desde la puerta de entrada hasta ese despacho lo había convertido en un caudaloso río, ya que mi triste figura digamos que emanaba agua tipo cascada desde el flequillo al dobladillo del pantalón. Qué decir de los zapatos que llevaba, que al pisar sonaba un "chof, chof" como si fuese subida encima de dos ranas. Bueno, que todo aquello ya de origen me hizo sentir un poco raruna e hizo que perdiera un poco la concentración.

Total, que el sitio de la entrevista me gustaba mucho, la verdad. Y la reclutadora ya me conocía de otras veces y creo que tenía bastantes esperanzas en mí, me había llamado directamente para aquella oferta pensando que yo encajaría. Y aunque realmente no me encajaba por las condiciones, yo siempre soy de intentar quedar bien porque en un futuro...nunca se sabe.

Vale, todo iba más o menos bien (charcazo generado a mis pies al margen); yo lo notaba en la cara de las dos personas que me estaban entrevistando. Sí, esa cara que tú interpretas como "os molo, lo sé". Hasta el momento en el que el mundo se dio la vuelta y comenzaron a hablarme en inglés porque claro, aquello era un proyecto internacional y tenían que saber mi nivel de inglés. El caso es que cuando comenzaron a preguntarme yo me vine arriba porque entendía las preguntas, pero...ay, pero, en el momento de lanzarme a responderlas ...creo que en los instantes en los que pude pronunciar alguna palabra (inteligible, no inventada) e incluso hilvanar alguna frase... me hice un Mariano Rajoy digno de Premio Novel. O sea, horrible, Quiero decir. Que mi inglés pues no es bueno, sobretodo porque no suelo usarlo, pero frases simples y palabras de primero de EGB aún alcanzo a decir. Pues nada, ahí atascada. Mi boca haciendo muecas extrañas y algún sonido gutural salía de mi garganta...pero sonaba más bien a, precisamente, mujer de la Prehistoria que no sabe hablar. Yo sé que los nervios y todo el océano atlántico en mi camisa jugaron en mi contra, pero vaya...

La cara de las dos entrevistadoras, evidentemente, cambió. La que ya me conocía miraba hacia abajo, como incluso sintiendo vergüenza de haber apostado por mí tan segura (para haceros una idea, mirad la foto que sigue, aunque creo que si la reclutadora hubiese sido Esperanza me lo hubiese pasado mejor).


 La otra entrevistadora entornaba los ojos intentando descifrar alguna palabra que fuese verdaderamente inglés de entre aquellos extraños eructos que yo emitía, en un intento desesperado por hacerme entender. Además, finalmente los hacía acompañar de gestos con mis brazos, a ver si así, en esa mezcla de lenguaje no verbal y palabros no humanoides, ellas me entendían. Pero fue peor, parecía que iba a hacer "tuerking" de un momento a otro...

-Bueno, evidentemente...creo que va a ser un poco complicado que puedas incorporarte al proyecto...como supongo que serás consciente-. Y yo sonreía porque ante todo, dientes, dientes.

Y nada, tal cual me levanté de la silla, sobre la que había dejado también un pequeño lago con peces de agua dulce producto del agua acumulada en mis bolsillos, y con toda la dignidad que pude les tendí mi mano húmeda y reumática ya de tanto aspaviento... -No tengas duda de que en proyectos en los que no haga falta inglés, te llamaremos- dijeron sonrientes. Y yo me las creo, que conste.

Al llegar a casa envié un mail a la entrevistadora a la que ya conocía de antes disculpándome un poco por aquella performance improvisada de la que había sido testigo sin comerlo ni beberlo, y me respondió muy simpática que "no me preocupara, que lo había hecho muy bien".

Ay que ver, qué mal vistos están las/os de RRHH y luego qué cariñosotes y humanos son cuando los necesitamos. De vez en cuando...

Y sí, necesito reforzar mi inglés...¿alguien conoce un método bueno, rápido, bonito y barato...? ;)