viernes, 16 de junio de 2017

I am ... the Walrus?



holi, queridas/os seguidoras/es:

sí, ando desaparecida... pero es que estos últimos dos meses y pico ando sumergida en una tarea apasionante, como ya leísteis en mi anterior post... vamos, que si os digo que estoy preparando mi boda en las Seychelles no os despisto... Bueno, eso, que estoy dedicada casi al 100% de mi tiempo en la búsqueda de curro que, tal como os comentaba en el mencionado post, trae experiencias hasta divertidas. Y menos mal, porque abrir todos los días el Infojobs y darle a la flechita del teclado para abajo hasta ver si alguna de las ofertas podría encajarte...no es muy entretenido... Yo he llegado a dar una cabezada con el dedo pulsando tal tecla y abrir los ojos y estaba ya en las ofertas publicadas hacía medio año... que siguen ahí, las pobres, esperando a que alguien se apiade de ellas y postule, a esas tipo "tienes que recorrerte la geografía rumana haciendo el pino con el dedo gordo del pie... por la módica remuneración de...400 pavos BRUTOS al mes...¡sí, sabemos que es una mierda curro pero...es una experiencia de la que saldrás fortalecido!"

Pues eso, que la tarea de buscar trabajo es otro trabajo, y yo soy un poquillo obsesiva (ejem) con las cosas y no me da el "celebro" para más. Aunque supongo que me estoy relajando porque ya hay alguna cosa medio segura. Gracias, gracias por congratularos conmigo. Esto hace que mi cabecita pueda entretenerse con cuestiones más banales. Ojo, no digo que este blog sea banal. No. Dios me libre, Pero no me da de comer. Eso es asina. Osea, me aporta muchas risas pero las risas no sirven para pagar facturas, Por ahora. Sí, aquí dejo fluir mi lado menos artístico.

Bueno, la suerte es que estos dos meses y pico no se me han hecho excesivamente largos porque no he parado de ir a entrevistas, la verdad sea dicha. Y eso, al menos, te mantiene entretenida. Que qué ropa me pongo para ir elegante pero informal, que  a ver en qué calle está el sitio éste porque no me suena para nada... En fín, lo normal pa un perro, que se dice.

Hay momentos concretos en las entrevistas de trabajo que se quedarán para la posteridad en la memoria de uno (la mía, en este caso) y estoy segura también que en la de la persona que me hizo la entrevista. Vale, en mi defensa he de decir que aquel jueves llovía a mares y que en el camino al metro ya me calé absolutamente, de pies a cabeza. Lo que hizo que, bueno, fuese un poquillo incómoda así de primeras... Si, vaya, una situación en la que debes internar sentirte lo más cómoda posible se vio empañada por el hecho de que, primero, nada más sentarme en el despacho donde me iban a entrevistar, yo no podía dejar de pensar en que el camino desde la puerta de entrada hasta ese despacho lo había convertido en un caudaloso río, ya que mi triste figura digamos que emanaba agua tipo cascada desde el flequillo al dobladillo del pantalón. Qué decir de los zapatos que llevaba, que al pisar sonaba un "chof, chof" como si fuese subida encima de dos ranas. Bueno, que todo aquello ya de origen me hizo sentir un poco raruna e hizo que perdiera un poco la concentración.

Total, que el sitio de la entrevista me gustaba mucho, la verdad. Y la reclutadora ya me conocía de otras veces y creo que tenía bastantes esperanzas en mí, me había llamado directamente para aquella oferta pensando que yo encajaría. Y aunque realmente no me encajaba por las condiciones, yo siempre soy de intentar quedar bien porque en un futuro...nunca se sabe.

Vale, todo iba más o menos bien (charcazo generado a mis pies al margen); yo lo notaba en la cara de las dos personas que me estaban entrevistando. Sí, esa cara que tú interpretas como "os molo, lo sé". Hasta el momento en el que el mundo se dio la vuelta y comenzaron a hablarme en inglés porque claro, aquello era un proyecto internacional y tenían que saber mi nivel de inglés. El caso es que cuando comenzaron a preguntarme yo me vine arriba porque entendía las preguntas, pero...ay, pero, en el momento de lanzarme a responderlas ...creo que en los instantes en los que pude pronunciar alguna palabra (inteligible, no inventada) e incluso hilvanar alguna frase... me hice un Mariano Rajoy digno de Premio Novel. O sea, horrible, Quiero decir. Que mi inglés pues no es bueno, sobretodo porque no suelo usarlo, pero frases simples y palabras de primero de EGB aún alcanzo a decir. Pues nada, ahí atascada. Mi boca haciendo muecas extrañas y algún sonido gutural salía de mi garganta...pero sonaba más bien a, precisamente, mujer de la Prehistoria que no sabe hablar. Yo sé que los nervios y todo el océano atlántico en mi camisa jugaron en mi contra, pero vaya...

La cara de las dos entrevistadoras, evidentemente, cambió. La que ya me conocía miraba hacia abajo, como incluso sintiendo vergüenza de haber apostado por mí tan segura (para haceros una idea, mirad la foto que sigue, aunque creo que si la reclutadora hubiese sido Esperanza me lo hubiese pasado mejor).


 La otra entrevistadora entornaba los ojos intentando descifrar alguna palabra que fuese verdaderamente inglés de entre aquellos extraños eructos que yo emitía, en un intento desesperado por hacerme entender. Además, finalmente los hacía acompañar de gestos con mis brazos, a ver si así, en esa mezcla de lenguaje no verbal y palabros no humanoides, ellas me entendían. Pero fue peor, parecía que iba a hacer "tuerking" de un momento a otro...

-Bueno, evidentemente...creo que va a ser un poco complicado que puedas incorporarte al proyecto...como supongo que serás consciente-. Y yo sonreía porque ante todo, dientes, dientes.

Y nada, tal cual me levanté de la silla, sobre la que había dejado también un pequeño lago con peces de agua dulce producto del agua acumulada en mis bolsillos, y con toda la dignidad que pude les tendí mi mano húmeda y reumática ya de tanto aspaviento... -No tengas duda de que en proyectos en los que no haga falta inglés, te llamaremos- dijeron sonrientes. Y yo me las creo, que conste.

Al llegar a casa envié un mail a la entrevistadora a la que ya conocía de antes disculpándome un poco por aquella performance improvisada de la que había sido testigo sin comerlo ni beberlo, y me respondió muy simpática que "no me preocupara, que lo había hecho muy bien".

Ay que ver, qué mal vistos están las/os de RRHH y luego qué cariñosotes y humanos son cuando los necesitamos. De vez en cuando...

Y sí, necesito reforzar mi inglés...¿alguien conoce un método bueno, rápido, bonito y barato...? ;)



miércoles, 22 de marzo de 2017

Professional técnic en QuitaPiojos



Ya sabemos que la búsqueda de trabajo es tediosa, cansina, a veces lleva al desánimo....no todo en la vida va a ser Corchipán. O sea, ojalá que lo fuera o fuese, pero ... no siempre es posible....


¡¡¡¿¿¿O SÍ???!!!


Siiiii! amiguis!!! la incertidumbre laboral y las largas horas buscando curro pueden llegar a tener su lado hasta esotérico, maravilloso, congratulante...y ¡Corchipán!

El caso es que he encontrado mi verdadera vocación profesional... quiero decir, más de quince años dedicada a la investigación social y a la gestión de proyectos sociales, y de pronto HE VISTO LA LUZ...


¿QUÉ ME DECÍS? ¿¿¿no es el sueño de cualquiera???

El mio sí, lo he visto claro. Antes no lo sabía, pero porque no sabía que existía esta profesión. Gracias, gracias portal de empleo por abrirme los ojos ante tal GRANDIOSIDAD. 

Además, ojo con la especialización de la oferta..."técnico profesional", y la verdad es que sí, porque quitar piojos es más laborioso que el cirujano que opera a corazón abierto...putos bichos que sobreviven hasta a la cal viva y dejan toda la casa infestada de sus huevecitos asquerosos multiplicadores. ¡¡¡¡YA ME ESTÁ PICANDO TODOOOO!!!

Total, que me alegra que le hayan dado esta categoría, este caché al puesto, porque se lo merece. 
Y contrato indefinido... claro, es que piojos y liendres va a haber toda la vida, así que carga de trabajo para sostener un sueldo de técnico especialista en mata piojos (y más de un sueldo), hay seguro.
No especifican el salario...mmm...mal. Porque este trabajo se merece más pasta que cualquiera de técnico de la NASA; si no vamos al espacio no pasa nada, es así...pero si no quitamos los piojos fijo que pueden acabar con la especie humana.

Es media jornada, bueno claro, es que un curro así debe quemar mucho...tirarse ocho horas de jornada completa quitando bichos... Además, debe necesitarse la otra media jornada para despiojarte tú mismo. Vamos, que lo de la media jornada lo veo más que lógico.

Otro detalle es que es en Alcobendas. Oye, me va que ni pintado...otra excusa más para apostar por ello...sobre todo yo, que vivo en Barcelona. ¡Un saltito sólo me hace falta para alcanzar mi sueño laboral!

Ostras y...¿darán formación o tienes que venir aprendido de casa?, ¿pedirán experiencia... ? ¿servirá haber despiojado al sobrino y a toda su panda de amiguitos con los que él, cariñosamente, compartió sus pequeñas mascotas...?

Lo que mola es que ves esto de los piojos, y la oferta que aparece inmediatamente después es de estas tipo "Healthcare manager en productos HDBI", que no se entiende de ninguna manera y que suena a que ni llegas a entenderla cuando ya estás trabajando de eso. Y, cuidado, que esta oferta es temporal... claro, healthcare en HBDI no va a haber siempre, eso hay que asumirlo, así que mientras haya bien, y cuando deje de haber pues a la puñetera calle... y desearás haber elegido la oferta de "quita piojos", que además de ser indefinida, se entiende perfectamente las tareas a realizar.

Al final... ¡pues qué maravilla!, no? Es decir, ¡TIENE QUE HABER DE TODO!, y tiene que haber curros en los que todo el mundo encuentre su lugar, su espacio para desarrollarse no solo profesional sino personalmente... Yo, en particular, no me atrevo a innovar y cambiar de sector... estoy ya muy hecha a mis cosicas del "mundo social", a mi precariedad laboral, a mi sueldo justito ...

Total... que aprovecho para enviar ánimos a quienes estén como yo, navegando en el proceloso mar de la búsqueda de curro.... porque siempre pueden encontrarse momentos para la sonrisa...¡y para la inspiración Corchipán!

sábado, 11 de marzo de 2017

Cortinglés



Estoy en un momento complicado de mi vida ahora mismo. ¿Sabéis cuando, de golpe y porrazo, desaparecen tus referentes, aquello que ha marcado cada punto fundamental de tu existencia? Pues ahí, AHÍ justo, estoy ahora yo, amigis. Perdida en este proceloso mar que es ... ya no la pre-crisis de los 40, ya no las dudas existenciales sobre en qué mierdas me he convertido, no ya por qué dejé aquel trabajo indefinido, ya no los miedos sobre el acelerado paso del tiempo que se sucede a partir de los 25... Quiero decir...


¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿POR QUÉ HAN CERRADO LAS OPORTUNIDADES DEL CORTE INGLÉS (Cortingles, desde ahora) QUE HAY DEBAJO DE MI CASA???????!!!!


Eso no se le hace a alguien como yo, que tiene el gusto de bajar a ver gangas con el mismo moño con el que ha ido al gimnasio.  Creo que los que han tenido la idea de cerrar ese templo de culto de lo kich, no saben qué significa para mí y otros tantos como yo, hombres y mujeres, que encuentran un desahogo fundamental en esos enormes cajones desastre que son los "Niquis de poliéster auténtico a 5 euros". No hay nada más lustroso que irse a comprar el vestido de boda de tu prima a las oportunidades del Cortinglés. Y luego contarlo con orgullo, claro.

El caso, que he bajado yo este sábado sabadete a ver con qué maravillas me deleitaba, en esa mezcla de botas de invierno en Groenlandia y chaclas para la playa de Ipanema, entre esa algarabía de ollas tamaño cocido dondecabendiezcabenonce, de productos de belleza -cómo mantener tus cejas a raya, colonia pachuli para mujeres del siglo XXI-...y... 

Y

¡¡¡me lo he encontrado cerrado...!!!

Al principio he pensado que mis ansias de felicidad me habían llevado a aparecer demasiado temprano ante sus puertas...Pero ya era de día, así que NUNCA ES DEMASIADO TEMPRANO para ser feliz. El caso es que he mirado el reloj y no, eran las 10.30. Hora MÁS QUE SUFICIENTE para que estuviese abierto. He empezado a ponerme nerviosa; sentía ya el síndrome de abstinencia acribillando mis arterias, venas y capilares.

Total, que he tratado de vislumbrar, a través de las persianas echadas del establecimiento, alguna pista que calmara mi ansiedad. Y he podido intuir mostradores desmontados, cajas, maniquíes descuartizadas esperando su entierro... ¡Han robado!, ¡han profanado el templo! Si, he llegado a la conclusión de que esa era la razón por la que estaba cerrado. He respirado tranquila porque, aunque era una terrible noticia, en principio podía haberlas peores...

No obstante, para quedarme más tranquila, he decidido indagar un poco más y asegurarme. Así que he entrado en el grasa bar que hay al lado del Cortinglés a tomarme un cafelillo y a desarrollar mis habilidades de investigadora de Comando actualidad, y he empezado a interrogar a la dueña del bar, la Concha. Reconozco que se me ha ido un poco la mano cuando veía que no me ofrecía información creíble que calmara mi ansia. Así se han sucedido los hechos.

Primero de todo, he entrado al local y he pedido el café igual que cuando pides una consumición en un sitio únicamente para poder hacer uso de los baños, osea: "holabuendiameponeunaguacongaslosbañosporfavor??" En mi caso: holabuendiameponeuncortadoconlechefría(breve descanso, suspiro)...qué curioso que sean las 10.30 y no hayan abierto el Cortinglés, eh?. La Concha me mira por encima de las gafas de cerca con gesto desconcertado. No responde nada; supongo que mi pregunta le parece insulsa, absurda, incluso retórica. Yo, contraataco; el pulso me tiembla. Se derrama algo del café sobre el platito cuando lo vuelvo a dejar tras el primer sorbo. -Parece que han robado,  tiene pinta, ¿no?..-La Concha me mira cada vez con más cara de extrañeza. Y sigue sin soltar prenda. Yo creo que me está sometiendo a un extraño tira y afloja, quiere algo a cambio de la información, empiezo a tenerlo claro. Muy bien, decido sacar mis dotes innatas de negociadora... -me parece que aquí alguien quiere más propina de la habitual...- y hago sonar monedas sueltas en mi bolsillo del chándal de felpa. Pero la Concha, con la moral subida porque sabe que quien tiene  la información tiene el poder, sigue secando los vasos con un trapo roñoso culpable, posiblemente, de todas las infecciones gastrointestinales que surjan de aquí al año 2050. Yo empiezo a hiper ventilar, quizá el café no ha sido una buena idea. Ella detiene en seco su movimiento mecánico y lanza un enorme suspiro, me observa otra vez fijamente por encima de sus gafas durante unos largos dos o tres minutos y entonces desembucha: -Lo han cerrado, lo han cerrado-. -Pero...- me tiembla la voz- ... para reformarlo dices...hombre sí, estaba un poco viejuno pero ese era su encanto...Pero bueno, si lo van a dejar más moderno y funcional pues  todos vamos a ganar, claro...- hablo todo seguido, con la mirada fija enfocada hacia la barra de zinc llena de churretes. -No, que lo han cerrado, pa siempre- me corta La Concha, me lo suelta así, sin preliminares de cariños, supongo que para que asuma la realidad de golpe. -¿Qué te debo, del café?- pregunto sin dejar de mirar la barra de zinc. -Nada, mujer, hoy invita la casa- y vuelve a retomar su ejercicio de secado mecánico de vasos. -Ah, gracias- digo con voz temblorosa. Y me levanto despacio del taburete, agarrándome a la barra, donde me quedo momentáneamente pegada. Me pongo de pie, compruebo que puedo mantener el equilibrio, levanto la mirada y percibo que la Concha sigue de forma disimulada mis movimientos; giro la cabeza y dirijo mi cuerpo hacia la puerta de salida del bar, con pasos lentos, asegurando la pisada. Hay una luz extraña fuera, diferente; ahí, mi vida del "después de". 

Y empiezo a pensar el Plan B: señores y señoras del Gobierno, quítenme dinero de la pensión, recorten en sanidad, en educación... pero no me quiten, no me quiten pofavó, los sábados por la mañana de distensión y fruslería en  las Oportunidades del Cortinglés.



sábado, 28 de enero de 2017

ODA AL DORADO



Es abrir las primeras páginas del Hola!, esas que se dedican a mostrar mansiones de personas famosas que suelen ser:

  • herederas de imperios automovilísticos
  • herederos de firmas de zapatos con las suelas rojas
  • herederas de grandes firmas de bolsos de cocodrilos
  • herederos
  • herederas
  • empresarios de... de?
  • empresarias de...de?
Total, es abrir estas primeras páginas del Hola! y quedarse cegado con esos refugios (refugios cuyos baños, o sea no, cuyo espacio que ocupa el wáter-solo-  es como toda mi casa)...esos refugios refulgentes de dorados, brillantes muebles decorados con cabezas de toro con cuernos afilados igual de dorados, cocinas con encimeras doradas donde descuartizar doradas doradas para hacer al horno dorado...
Sí, esas casas, esos lugares. No solo dorados sino también...acolchados...Oh! qué mezcla, QUÉ MEZCLA! Es la única, la auténtica...es todo lo que una persona puede desear de un...HOGAR, así, con mayúsculas. Dorado y acolchados. Así la vida sí que debe ser maravillosa.


Piensa una en esos hoteles antiguos de moquetas y puertas de ascensores dorados, y rematados dorados en la cabecera de la cama... Esos, esos, son los buenos hoteles, no como los de ahora, plasticorro, impersonales...todo blanco, a dónde vamos a ir a parar.  Dicen que los hoteles tienen que ser como pequeños palacios temporales, como esos lugares de ensueño a los que te trasladas mientras disfrutas de unas idílicas vacaciones, no? Pues un hotel en el que entras y es como si pasaras a un anuncio de compresas (de esos que tampoco no, no, por favor, no)...no es un hotel, no es un paraíso soñado. Es directamente un anuncio de yogures con bífidus. Y esa NO es mi imagen de idílicas vacaciones.

El dorado está muy estereotipado, amiguitxs. Se identifica con cierta gente, con ciertos lugares...Y el dorado es elegancia, es glamur...es esa cadencia kich de antes, de mejores años. Hay que saber apreciarlo, eso sí. Y no todo el mundo es capaz de ello.


Porque a ver... la plata, lo plateado...eso es para quien no puede llegar a lo dorado. Eso es así, hay que admitirlo. Será mejor para todos. No pasa nada. Unos son de dorado y los que no, de plateado. La plata es de esa tribu urbana que se dedica a beber litronas en las plazas; el dorado, el dorado traído a lo moderno, a las joyas de diseño contemporáneo, a las camisas con hombreras que reivindican los años ochenta... el dorado es para los que tomamos vermú y nos acostamos pronto los fines de semana, Repito, eso es así. Lo digo sin acritud. Y todxs podemos ser amigxs.





Quiero reivindicar en este post el valor del dorado... que es el valor de una forma de vida. Directamente. Pero una forma de vida que no tiene que ver con lo casposo, o sí, o con lo antiguo, o sí. 

Hay que ir por la vida mirando en dorado, amigxs. Buscando la estela brillante de los demás y compartiendo la propia. El dorado es el reflejo del sol, del calor... es el brillo que se refleja en los bellos amaneceres que nos esperan...

¿A que os dan ganas de un paseo en un unicornio,- dorado, claro- con el cabello al viento y en cámara lenta, si puede ser? (Y con banda sonora de Richard  Clayderman)



https://www.youtube.com/watch?v=6wLti06X_Bc


DAOS ESE GUSTAZO, AMIGUIS. VERÉIS LA VIDA DE OTRA MANERA. 

*Nota: ejemplo a seguir...Diego El Cigala. Grandioso, flamenco donde los haya...




miércoles, 25 de enero de 2017

ESAS fotos de bebés



Bueno, vamos a ver. Sé que con este tema voy a tocar fibras sensibles, pero es hora de que alguien lo saque a la luz, porque de verdad que es algo denunciable.

Hablo de las fotos de bebés, esas que hacen los papás en la emoción de su primeros días de vida, como tratando de olvidar que dentro de 20 años esos muñequitos rechonchos que huelen a leche y talco serán unos zorromostros imposibles de meter en la ducha que arrastrarán unas zapatillas costrosas por nuestro suelo recién fregado. O  un yonki, o un puto vago. O un adolescente, directamente.

Bueno, esto es otra historia que desarrollaré más adelante, porque da margen. Lo DA, lo DA.



Vale que, dicen, la paternidad/maternidad te ciega -dicen, repito- y deben generarse algún tipo de hormonas que nublan el conocimiento, el buen gusto y hasta la humanidad. Porque...

¿¿Qué mierda es ésto??



No es que yo sea una experta en posturas corporales de bebés. Pero. O sea, para conseguir que estos bebés estén en esta postura los han tenido que disecar, directamente.  

Y, ¿qué objetivo hay detrás de estas fotos antinaturales, repipis, impostadas...? He hecho un análisis elaborado al respecto y creo que, definitivamente, más que por ese amor incondicional que se desarrolla cuando nace el cachorro, son el resultado de arrepentirse inmediatamente de haber procreado. El bicho nace y ya dejas de dormir, de poder depilarte las cejas, de mear leyendo el Cuore tranquilamente en el wáter.  

Y eso, no se pué aguantar...

Y entonces la venganza es esta: someterles a torturas varias reconvertidas en "cosas monas" con las que hacer unos álbumes de fotos PASTELOSOS a no poder más, llenar el salón con marcos dorados con estas fotos... y, Y, guardarlas con cariño hasta que se conviertan en esos adolescentes. Que tendrán amigos y amigas. Unos amigos y amigas a los que enseñarles estas fotos, en un acto de orgullo paterno. 

Y entonces el "Costras", el "Rufi" o la "Vane"
se reirán con sus bocas abiertas y descontroladas llenas de doscientos millones de chicles tutifrutti ya sin sabor y dirán: "Ostia tío, y te mantenías así sin necesidad de pastis"

Y tú, padre o madre de adolescente, te arrepentirás el resto de tu vida de haberle hecho esas fotos cuando pensabas que aquel fruto de tus entrañas tendría un futuro. Y cuando, en realidad, sabías que su día a día era - y ES- más parecido a ésto:


Habértelo pensao antes. Chao, pescao.

EL RETONNO!


...pues he recordado yo, así enderrepente, esta faceta mia que tantas alegrías me ofrece, llámalo bizarrismo, llámalo cutrelismo, llámalo el gusto por lo outsider... llámalo de la manera que quieras, pero llámalo. Es decir, que cinco años después (CINCO, CINCO!!) de mi último post, ya viviendo en una ciudad distinta, con más canas, más arrugas, más mierda por contar pero también más corchipanismo acumulado... vuelvo!!! Pero nunca me fui del todo, realmente. Sólo estaba cogiendo impulso, amigos y amigas, sólo estaba dotando de más material a mi buzón del corchipanismo, para ofrecéroslo con las manos abiertas, con el corazón en la boca. Porque algo bueno tiene que tener el cumplir años y el sumar experiencias, y es la posibilidad de vivir más situaciones vinculadas a lo corchipán que poder compartir con vosotros y vosotras.

(Me voy al pilates con mi pantalón de deporte del Zara, mi camiseta de propaganda del Dixán prendas delicadas y mi sudadera rosa furcia llena de lamparones. Ahora vuelvo, querid@s, que la clase empieza en diez minutos.)

(la más grande)

Bueno, pues ya he estirado los cachetes.

Os comentaba mi vuelta, mi regreso, con un montón de historietas que tengo guardadas en el tintero...
Prometo ser corrosiva pero respetuosa. Y sacar todo el espíritu corchipán que llevo dentro, quizá con alguna sorpresa.

Y, sobre todo, prometo ser LO MÁS CASPOSA POSIBLE,
Porque de caspa también, y sobretodo, vive el hombre (y la mujer).

¡RE - BIENVENID@S!





lunes, 17 de septiembre de 2012

¡Una de bodas...!



Todo el mundo reniega de las bodas… que si me han invitado a una boda, qué putada. Venga a soltar pasta: que si el vestido o el traje (porque si eres como yo, que tiene una boda de década en década, posiblemente el vestido que te pusiste en aquellos tiempos lleva hombreras en los tirantes y te cabe en el dedo gordo), que si el regalo, que si …uf, a ver con quién me sientan en la mesa… porque esa es otra, cuidado con lo que dices en la mesa, con siete personas que acabas de conocer, que os miráis las unas a las otras pensando si te habrás equivocado de boda o si el traje nuevo de la de al lado es motivo de aquello de las hombreras… Y piensas, de qué hablo para que se note que no quiero entrar en discusiones polémicas pero que no suene a aquello de “puesí, puesí”… Ay, si es que hay cada situación social que hay que salvar… por aquello de mantener las formas. Bueno, que sí, que es un poco rollo.

Pero salvados estos pequeños inconvenientes que no hacen más que darle morbo y juguillo al evento –en qué quedaría una boda sin estar el día de antes buscando unos zapatos a toda velocidad, o sin perderse yendo al local de bodas sito a tomar viento- ya hay que asumir la realidad: se está en la ceremonia, si es civil tienes suerte, si es religiosa puedes irte al bar de enfrente o escuchar el sermón de “si no contáis con Dios en vuestra relación seguro que os separáis”. Porque vale, bien. Vamos a detenernos de nuevo en estas dos cuestiones: si la ceremonia es religiosa hay quienes lo primero que hacen cuando llegan a la Iglesia es localizar el bar más cercano y aparecen luego en el convite con la corbata en la cabeza, para qué andar con  preliminares, y hay quienes bien sea porque son creyentes o porque con esto de mantener las formas piensan que hay que soportar el chaparrón (yo misma, qué tonterida más grande) pues nos tragamos todo el speech del cura. Yo, primero busco un sitio localizado en los últimos bancos, y si puede ser al lado de alguien que conozca bien, que luego viene lo de darse la paz y ese momentazo paripé con alguien desconocido se lleva peor. Porque yo ir a comulgar, santiguarme, repetir las frases típicas… me abstengo, pero en el momento de darse la paz si tienes al lado a una persona desconocida que te tiende la mano con su mejor voluntad pues me da cosa dejarle colgado, puede pensar que no le deseas la paz, y nada más lejos de la realidad. Tú deseas la paz a todo el mundo pero vaya, no así. Por eso nunca me han gustado las obras de teatro interactivas.

Y luego eso, el sermón. Yo lo escucho, de verdad que sí, pero como un experimento sociológico (como los que vemos Gran Hermano) y no como una cuestión de fe, evidentemente. Me he fijado que dependiendo de si el cura es más joven o más talludito la cosa cambia. Pero porque el joven es más radical en su discurso, sí, sí, como os cuento, lo tengo comprobado… Claro, es que para que hoy en día un tío de 30 años se meta a cura tiene que haber interiorizado un discurso muy salvaje, sino ya me diréis, y esto con el mayor de los respetos y sin querer ofender a nadie. Hace 40 o 50 años casi todos los niños querían ser cura, era la moda e incluso era una buena forma de sobrevivir a la dura posguerra, es hasta entendible. Pues eso, que el cura soltando aquello de “acoged a Dios en vuestra relación porque si no, no os puedo asegurar de que aguantéis”… hombre, que se están casando los chiquillos, no les agues la fiesta ya. Y vaya, que por mucho Dios que sea, una relación es de dos personas… tres ya son multitud, y si tenemos en cuenta que al final entra la suegra, el cuñado… ni el coño de la Bernarda es aquello ya...

Después de soportar la ceremonia viene la celebración. Y aquí quería yo llegar. Yo soy más bien de salir poco, pero en las bodas no sé qué me embarga que lo doy todo. Y sin necesidad de secar la barra libre (que yo no suelo beber, en general). Claro, es que me ponen Camilo Sesto ya de entrada y no puedo dejar de moverme…y luego Rafaella Carrá. ¿Quién puede resistirse a esa delicia?. A mí me resulta imposible. Y me da igual que la boda sea de mañana o de noche. Yo, que soy de trasnochar poco, me lanzo a la pista de baile cual persona imbuida por el baile de San Bito. Y aguanto con los taconazos como una jabata.  Ahí estoy yo marcándome el Nosa, dándolo todo, aunque en realidad odie esa canción. Porque ese es otro de los fenómenos que experimento: las canciones que habitualmente me parecen abominables en las bodas hasta las bailo con coreografía, y si no tienen me la invento. 

Yo intento darle a todo esto una explicación, porque soy una mujer de mucho reflexionar… Y creo que la he encontrado. Los bailes de las bodas tienen toda esa carga kich, entre viejuna y bizarra, que a mí me hace falta para que se me dispare el cuerpo. La música que siempre ponen, que la mayoría me encanta y ya casi nunca se encuentra en bares normales, la estética de los salones estos de boda, con su bola de discoteca, sus columnas de espejos, los “que se besen los padrinos”… y, sobre todo, la compañía, las personas con las que has desatado tu furia bailonga. Si os fijáis, a las bodas normalmente acude una mezcla heterogénea de familiares, amigos… Lo que compone una masa que va entre los 15 y los 80 años. El público que abarrota la pista de baile es lo que, definitivamente, acaba por convencerme: bailar Los Pajaritos con mi tía, con casi 70 años, que hasta escayolada es capaz de dar dos vueltas de campana, hacer coreografías de Pimpinela con mi tío, que está sordo cual tapia pero que el “y pega la vuelta” lo escucha bien clarito… Marcarme un “agarrao” con mi primo segundo de 15 años, que el pobre no sabe dónde poner las manos. Y luego ese “Folou de líder”, con la novia en cabeza, arrastrando un vestido carísimo y lleno de lamparones de licor, y diciendo entre exabruptos:  ¡¡¡Ogggg quieeeeroooommpfff….grrraa..ciasssss porrrrfff venirrr....!!!.


Pero, en serio, ¿vosotros podéis resistiros a esta maravilla…?