miércoles, 25 de enero de 2017

ESAS fotos de bebés



Bueno, vamos a ver. Sé que con este tema voy a tocar fibras sensibles, pero es hora de que alguien lo saque a la luz, porque de verdad que es algo denunciable.

Hablo de las fotos de bebés, esas que hacen los papás en la emoción de su primeros días de vida, como tratando de olvidar que dentro de 20 años esos muñequitos rechonchos que huelen a leche y talco serán unos zorromostros imposibles de meter en la ducha que arrastrarán unas zapatillas costrosas por nuestro suelo recién fregado. O  un yonki, o un puto vago. O un adolescente, directamente.

Bueno, esto es otra historia que desarrollaré más adelante, porque da margen. Lo DA, lo DA.



Vale que, dicen, la paternidad/maternidad te ciega -dicen, repito- y deben generarse algún tipo de hormonas que nublan el conocimiento, el buen gusto y hasta la humanidad. Porque...

¿¿Qué mierda es ésto??



No es que yo sea una experta en posturas corporales de bebés. Pero. O sea, para conseguir que estos bebés estén en esta postura los han tenido que disecar, directamente.  

Y, ¿qué objetivo hay detrás de estas fotos antinaturales, repipis, impostadas...? He hecho un análisis elaborado al respecto y creo que, definitivamente, más que por ese amor incondicional que se desarrolla cuando nace el cachorro, son el resultado de arrepentirse inmediatamente de haber procreado. El bicho nace y ya dejas de dormir, de poder depilarte las cejas, de mear leyendo el Cuore tranquilamente en el wáter.  

Y eso, no se pué aguantar...

Y entonces la venganza es esta: someterles a torturas varias reconvertidas en "cosas monas" con las que hacer unos álbumes de fotos PASTELOSOS a no poder más, llenar el salón con marcos dorados con estas fotos... y, Y, guardarlas con cariño hasta que se conviertan en esos adolescentes. Que tendrán amigos y amigas. Unos amigos y amigas a los que enseñarles estas fotos, en un acto de orgullo paterno. 

Y entonces el "Costras", el "Rufi" o la "Vane"
se reirán con sus bocas abiertas y descontroladas llenas de doscientos millones de chicles tutifrutti ya sin sabor y dirán: "Ostia tío, y te mantenías así sin necesidad de pastis"

Y tú, padre o madre de adolescente, te arrepentirás el resto de tu vida de haberle hecho esas fotos cuando pensabas que aquel fruto de tus entrañas tendría un futuro. Y cuando, en realidad, sabías que su día a día era - y ES- más parecido a ésto:


Habértelo pensao antes. Chao, pescao.

No hay comentarios:

Publicar un comentario